Sequía, Chile enfrenta la peor crisis en 50 años

Los territorios del sur de Chile luchan contra la peor sequía en cincuenta años: agricultores y ganaderos están desesperados.

La hierba ya no crece en el sur de la Chile. Las ramificaciones del extremo sur del país, frente a la Antártida, están experimentando lo peor Sequía de los últimos cincuenta años; A Crisis de agua eso se ha prolongado durante más de una década y se está extendiendo como un manto oscuro sobre los ganaderos y agricultores locales. No es que la situación en el resto del territorio nacional sea mejor, fíjate bien: no lejos de allí, en el centro-sur del país, las autoridades locales luchan contra los mortíferos incendios que azotan; y avanzando un poco más al norte encontramos un puñado de sequía tan fuerte que se secó y luego convirtió todo un lago en un desierto.

Viento y sequía: la tragedia de Punta Arenas

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Punta Arenas es una ciudad de unos 130.000 habitantes, capital de la Antártida chilena y uno de los últimos bastiones de la civilización ante la fría inhospitalidad del extremo sur del mundo. La crisis del agua aquí es tan grave que las autoridades locales lo han declarado en estado de agua de emergencia hace un año. “En 2022, Punta Arenas vivió su año más seco en 52 años“, dijo Nicolás Butorovic, climatólogo de la Universidad Regional de Magallanes.

la región de Magallanes, una zona de fiordos y grandes extensiones de hielo que alberga el icónico Parque Nacional Torres del Paine, es azotada por vientos fuertes Y temperaturas frío – condiciones climáticas extremas que, en los últimos años, no han hecho más que exacerbar las garras de la sequía.

“El viento seca la tierra… No hay forma decésped» explicó a Reuters Héctor Garay, criador local. “A lo que nos enfrentamos es real drama. “Si no hay agua para riego, no hay agua de lluvia, la hierba no crece. Estamos hablando de alimentos que inevitablemente faltarán, alimentos para nuestra gente. ganado“.

Oh, sí, porque la fórmula de los alimentos parece dolorosamente simple: sin agua, nada cosecha – sin cosecha, nada alimento para llevar a la mesa o para dar de comer a los animales. El elemento que falta es el primero, el frágil eslabón que compromete la solidez de toda la cadena: sin una gota de agua, los pastores y agricultores locales sólo pueden contar los Lástima y mira hacia el cielo con la esperanza de detectar nubes siniestras en el horizonte.

Muchos, sin embargo, quedan atrapados depresión y se ven prácticamente obligados a enfrentar los hechos: es el caso de Bernardita Contreras, quien confesó a periodistas de Reuters no alimentar esperanza por su cosecha. “No hay nada que pueda hacer para recuperarlo”, dijo. “No hay agua para regar”.


Estrella Serna

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