El 11 de septiembre cambió tu vida como la de miles de chilenos, ¿qué recuerdas de estos dramáticos momentos?
“En Chile, un país donde el peligro sísmico es muy alto, usamos una expresión: donde te sorprendió el terremoto. La misma fórmula se utiliza también para el golpe: donde el golpe te sorprendió. Esto es para dar una idea de la magnitud del fenómeno. Cuando estallaron los enfrentamientos, aunque ya estaba vinculado al mundo del teatro, estaba cursando un aprendizaje de electricista, una profesión más práctica. Trabajé en un periódico muy conocido en el país, Clarín, que siempre apoyó al gobierno de Allende. Un periódico de izquierda que fue inmediatamente atacado por los militares al inicio del golpe. Desde la mañana comenzaron a bombardear las antenas de las distintas emisoras de radio para bloquear la información. La presencia militar alrededor del periódico se hizo cada vez más apremiante hasta convencernos de huir. Algunos quedaron en la redacción y fueron llevados al estadio de Santiago, luego transformado en campo de concentración. Fue un golpe terrible, un terremoto, un tsunami, un hecho impensable. Recuerdo sentirme mareado, como si estuviera viviendo una pesadilla. Pero luego la tristeza y la desilusión de ver destrozada la alegría de aquella época se apoderaron de ella”.
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