Berlín, 24 de mayo. Activistas climáticos de “última generación” (“generación Letzte”) en Alemania se quejaron en una conferencia de prensa de que la policía alemana había allanado las casas de algunos de sus activistas. El cargo, dicen las autoridades, es que están “formando o apoyando una organización criminal”, ya que el país dirigido por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz, quien los ha llamado un “programa de juegos”, está endureciendo sus acciones climáticas de alto perfil, que incluyen quedarse en la acera, arrojar puré de papas a las obras de arte en los museos o bloquear las carreteras a los aeropuertos. La portavoz de la “Generación Letzte”, Aimee van Baalen:
“Los allanamientos de 15 viviendas esta mañana han golpeado duramente a todos los simpatizantes de Última Generación. Nos asustan. Pero no debemos tener miedo. El gobierno federal nos está llevando al infierno climático con los ojos bien abiertos. También está pisando el acelerador”.
“¿Y qué pasará con los muchos pequeños donantes ahora? ¿Qué deben esperar las personas que han donado 5-10 o incluso 50 euros?
¿Todos deben esperar consecuencias legales, ya que también son parte de la organización criminal? Creemos en el estado de derecho, apelamos a él todos los días”.
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