(por Mauricio Salvi)
BUENOS AIRES – Chile está cambiando, y está cambiando de manera muy simbólica. A casi 50 años del golpe militar del general Augusto Pinochet que puso fin al gobierno de Unidad Popular de Salvador Allende, una mujer, familiar del derrocado presidente y que lleva su apellido, Maya Fernández Allende, será ministra de Defensa a partir del 11 de marzo.
Así lo anunció hoy el presidente electo de centroizquierda, Gabriel Boric, al presentar frente al Museo Nacional de Historia Natural a su inusualmente numeroso equipo de gobierno, con una presencia mayoritaria de mujeres (14) entre los 24 ministros que lo acompañarán en el edificio Moneda . Si para Defensa existe el precedente que representa la designación al frente de las Fuerzas Armadas de Chile de la socialista Michelle Bachelet (2002-2004), entonces por dos mandatos como Presidenta de la República, la designación al Ministerio del Interior de una mujer titular en la persona de la doctora Izkia Siches, de 35 años.
Y la aportación de las mujeres del equipo Boric no queda ahí, ya que se les han encomendado muchos otros ministerios, entre ellos Asuntos Exteriores (Antonia Urrejola), Justicia (Marcela Ríos Tobar), Sanidad (Maria Begoña Yarza Sáez) e incluso el Minas (Marcela Hernando).
Tras el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, Maya Fernández Allende, que en ese momento tenía 50 años pero menos de dos años, se exilió en Cuba con su madre Beatriz Allende, la combativa hija del jefe de Estado, quien se suicidó en La Habana. A su regreso a Chile en 1990, obtuvo una licenciatura en biología y se unió al Partido Socialista, una vez dirigido por su abuelo, participando activamente en la vida política chilena. Ingresó al Parlamento en 2014 como diputada y desde 2020 es, entre otras cosas, presidenta del Comité Permanente de Defensa. Miembro del ala disidente del Partido Socialista, se desvinculó el año pasado de la dirección que había decidido apoyar al candidato demócrata cristiano, Yasna Provoste, en las elecciones presidenciales. Convencido de la necesidad de un profundo cambio político, social y económico, como exigían los promotores del levantamiento popular estallado en octubre de 2019, el Ministro de Defensa designado decidió unirse a Boric, contribuyendo al punto de inflexión histórico que ha traído de vuelta al poder en Chile, un gobierno claramente de izquierda.
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