ANPI Smuraglia, iniciativas por el cincuentenario del golpe de Estado en Chile

La sección Reggio Emilia de ANPI Carlo Smuraglia, en colaboración con ARCI Samarcanda y el Circolo del Cinema Zavattini – informa una nota – organizó una serie de iniciativas con motivo del cincuentenario del golpe de Estado en Chile que derrocó democráticamente al gobierno elegido por Salvador Allende . Después del exitoso primer día de proyección de la película, el jueves 12 de octubre, en la sede del ARCI Samarcanda, en la calle E. Cuzzocrea 11, se celebrará una Lectio Magistralis a cargo del profesor Pasquale Amato, historiador muy apreciado y autorizado que publicó este comunicado. : “El jueves 12 de octubre a las 18 horas daré una lección sobre “HACE 50 AÑOS, UN GOLPE MILITAR EN CHILE INTERRUMPIÓ EL CAMINO DEMOCRÁTICO HACIA EL SOCIALISMO DEL PRESIDENTE SALVADOR ALLENDED”.

Invitado por la Sección ANPI Smuraglia, ARCI Samarcanda y Circolo del Cinema Zavattini, reconstruiré el recorrido histórico de esta experiencia. En la gris mañana del 11 de septiembre de 1973, un feroz golpe militar liderado por el general Pinochet puso fin a un experimento muy innovador: la creación de un programa socialista no impuesto por la fuerza sino implementado por el presidente socialista Salvador Allende, elegido democráticamente en 1970. como líder de una alianza popular.

Desde la víspera, durante la implementación del programa, el gobierno de Allende suscitó reacciones contradictorias: por un lado, un inmenso entusiasmo en toda América Latina y en la izquierda democrática y socialista de todo el mundo y, por otro, una fuerte hostilidad por parte de Estados Unidos. Una hostilidad debida tanto a la nacionalización de las grandes minas de cobre explotadas por multinacionales norteamericanas como al temor de que el caso chileno desemboque en un modelo exportable a otros Estados del continente, poniendo en peligro la dominación económica y la política ejercida por estos últimos. por Washington en lo que se llama “el patio trasero”. Desde 1970 se ha ordenado a la CIA que organice una serie de acciones destinadas a crear una crisis económica importante y lograr un consenso entre los líderes militares.

El director lúcido y meticuloso de esta lenta acción de demolición fue Henry Kissinger, subsecretario de Estado (es decir, ministro de Asuntos Exteriores) del presidente Nixon. Dos hechos fueron decisivos: la huelga de nueve meses de camioneros que provocó un gigantesco colapso económico – directamente subvencionada por la embajada estadounidense en Santiago – y el asesinato organizado por la CIA del general Schneider por haberse negado a realizar el golpe de Estado.

La acción de Washington se vio facilitada por la actitud tibia de la otra superpotencia que dominó el mundo durante la “Guerra Fría”: la Rusia soviética. El comportamiento de Moscú ha sido ambiguo y reticente hacia el gobierno de Allende. En la práctica, representó un modelo alternativo al modelo leninista (con la implementación de reformas sociales sin revolución violenta). La prueba más clara de que Moscú sufrió esta experiencia (aunque formalmente mostró simpatía) fue el viaje a la URSS en agosto de 1973 del secretario del Partido Comunista de Chile, Corvalán. Pidió en vano al Kremlin una importante ayuda económica para compensar la economía colapsada por las maniobras norteamericanas. El Kremlin justificó su negativa por los compromisos asumidos ante la Casa Blanca tras la famosa “crisis de los misiles cubanos” de octubre de 1962: parte del pacto secreto entre Jruschov y Kennedy residía en el compromiso de Moscú de no apoyar los intentos de instaurar gobiernos de izquierda en ciertas regiones. dominado por Estados Unidos, mientras que Washington no debería haber interferido en áreas como los países de Europa del Este (como la intervención soviética para aplastar la Primavera de Praga de 1968).

En la práctica, este rechazo de la ayuda económica fue un mensaje indirecto que daba a Kissinger luz verde para asestar el golpe final.

Lo único que fracasó fue la oferta a Allende de trasladarlo al extranjero y salvarle la vida. El Presidente chileno claramente se negó e informó al pueblo chileno con un conmovedor mensaje de despedida al pueblo informándoles que permanecería lealmente en su cargo por respeto al pueblo que había confiado en él al elegirlo. Prefirió morir mientras se oponía a los golpistas en un intercambio de disparos.

Esta salida digna pesó entonces y pesa hoy como condena del acto de abuso que dio origen a un régimen tiránico durante 15 años.

Las iniciativas sobre el golpe de Estado chileno finalizarán el 19 de octubre a las 18, siempre en el ARCI Samarcanda, con un recital de escritos, poemas y música de artistas chilenos o internacionales.

Pastora Galan

"Practicante extremo de la web. Friki de Twitter. Defensor de los viajes. Especialista en música. Adicto a la televisión".

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *