Severodonetsk sitiada: los rusos han entrado en el perímetro de la planta química de Azot, donde están atrincherados los últimos defensores de la ciudad ucraniana.
El riesgo es que se convierta en un nuevo Mariupol.
Datos angustiantes
De acuerdo a Michelle Bachelet (70), expresidente de Chile y actual Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, “entre febrero y abril Mariupol fue la trampa mortal de Ucrania”.
Su declaración ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza.
“A partir de hoy, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) confirmó la muerte de 1.348 civiles en las hostilidades en Mariupol, incluidos 70 niños. Estas muertes fueron causadas por ataques aéreos, bombardeos de tanques y artillería, armas pequeñas y armas ligeras, durante combates callejeros. El verdadero número de víctimas de las hostilidades civiles es probablemente más alto que las miles de bajas”, dijo Michelle Bachelet.
Y los datos de víctimas en Ucrania son aún más preocupantes: 4.481 civiles y 5.565 heridos.
Según la última actualización, las víctimas incluyen 1.739 hombres, 1.159 mujeres, 284 niños y niños, así como 1.299 adultos cuyo género aún no se ha determinado.
Con ganas de viajar a Mariupol
Los observadores de la ONU aún no han podido viajar a Mariupol debido a la situación general de inseguridad, pero han recopilado información de los ucranianos que han abandonado la ciudad y de imágenes de satélite.
“Muchos murieron en el bombardeo, mientras que otros fueron quemados o sofocados en incendios que no pudieron extinguirse por la falta de servicios de bomberos disponibles”, continúa Michelle Bachelet.
“Debido a la escasez de agua potable, la gente hizo largos y peligrosos viajes para abrir pozos o embalses para sacar agua. Otros se vieron obligados a derretir nieve o beber agua extraída de automóviles u otros equipos”.
114 días de guerra
Después de tres meses de batalla, las fuerzas rusas ahora han tomado el control de Mariupol.
Michelle Bachelet dice que las condiciones en la ciudad son terribles. Los residentes tienen acceso limitado a la atención médica y otros servicios básicos y no pueden salir y regresar a casa libremente.
Los horrores de esos meses dejarán una huella indeleble en las generaciones venideras.
Y después de 114 días, la guerra, especialmente en la provincia de Luhansk, no se detiene.
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