Ya le ha salido el primer rasguño de la temporada, desempacando hoy de forma anticipada el regalo por su 38 cumpleaños. Joaquín Larrivey de Gualeguay, llegó a las costas del Crati en los primeros días de febrero como agente libre, despertando toda una serie de emociones entre los hinchas de Cosenza. La curiosidad, la esperanza y el escepticismo lo recibieron tras la llamada de Goretti. Preocupación sobre todo por este all-in de un jugador ausente de Europa desde hace ya varios años. Las perplejidades avanzaron en particular porque a los ojos del médium el recuerdo de Jerry Mbakogu seguía vivo (no sobre el terreno, ciertamente). En Larrivey (está entre los 10 argentinos en activo que más goles han marcado en el exterior) la única certeza estaba representada por la integridad física fácilmente rastreable a través de los almanaques. Siete meses después, “el conquistador” se ha ganado el aprecio y el cariño de un lugar capaz de acoger como pocos.
El delantero dejó un hueco en el césped, en el vestuario -en el que consiguió hacerse con el brazalete de capitán- y también en la vida corriente, como un simple mortal, en las calles del centro.
Larrivey ha puesto patas arriba la historia y la geografía, no solo con goles. Su Gualeguay dio a luz a unos cuantos futbolistas (Ramón Medina Bello, Sebastián Cejas -los más atentos lo recordarán con Roma, Siena, Ascoli, Fiorentina y Pisa- y Lisandro Martínez) pero también a artistas y poetas, entre ellos Juan Laurentino Ortiz. Joaquín trae consigo la naturaleza de este último.
Medios de comunicación
Al principio, estaba claro para todos que estábamos tratando con una personalidad de los medios. La noticia de su regreso a Italia se puede encontrar en la web y en los diarios italianos: “El Bati ha vuelto”. Un atractivo social respetable. En Instagram, Larrivey cuenta con 132.000 seguidores, quizás también fruto de la mano de un buen gestor de redes sociales. Sin embargo, su audiencia es el doble que la de Cosenza (62.000). Su llegada ha dividido. Por un lado, los que vieron en Sunset Avenue a un futbolista que regresaba a Italia para conseguir otro contrato, por otro, los que nos veían como el “salvador”. El acercamiento no fue fácil, dados los dos meses de inactividad al final de la temporada chilena.
Goleador carismático
La historia, sin embargo, cambió casi de inmediato. Con penalti en Alejandría. No solo anotó desde las once yardas. Marcó goles pesados, especialmente el doblete contra Vicenza le valió el saludo. En total 19 partidos, unos 1300 minutos y 9 goles con 28 tiros en total. Casi el 32% de las conclusiones terminaron detrás de los guardias. Absolutamente no es un mal número. Sus compañeros se han aferrado a él, que sigue impresionando por su profesionalidad, compromiso, sacrificio y carisma.
conquistador
Cosenza es la última etapa de una carrera que le ha llevado a colonizar tres continentes diferentes. Por eso “el conquistador”. Jugó en Europa (Italia y España con las camisetas de Cagliari, Rayo Vallecano y Celta Vigo además de la del Silana), en Asia (en Emiratos Árabes, en Baniyas; y en Japón, en el JEF United Chiba) luego, de por supuesto, en América (en Argentina con Huracán, Vélez Sarsfield y Colón; en México en el Atlas; en Chile con la Universidad de Chile y en el Club Cerro Porteño, en Paraguay).
ciudadano verde
Ciudadano de última generación, verde. En Cosenza no es difícil encontrarlo paseando por las calles del centro. En compañía de la familia o con su patinete eléctrico. Entre las últimas fotos publicadas en Instagram también algunas tomas del centro histórico. Fotografías de casi cierta importancia “artística”, “captadas” por el ojo clínico de quien ha viajado mucho y aún no se ha cansado de jugar, marcar y viajar. “El Bati”, conquistador de tres continentes, puede cobrar mañana otra víctima. Cosenza así lo espera y sigue contando con él.
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