Del activismo en los movimientos estudiantiles, al activismo de izquierda, a la Presidencia de la República. Después de un largo y consistente recorrido político, el milenario Gabriel Boric ganó el desafío contra el nostálgico oponente de Pinochet. Marca un punto de inflexión histórico
“La esperanza venció al miedo” es uno de los lemas utilizados para celebrar el triunfo de la izquierda chilena. Gabriel Boric es el nuevo presidente de la República de Chile. El candidato de izquierda, de la lista Apruebo Dignidad, ganó con el 56% de las preferencias por delante de José Antonio Kast, del Frente Social Cristiano, que se quedó en el 44%. Con una Asamblea Constituyente en marcha y un presidente joven que quiere ir más allá del neoliberalismo, el país andino realmente tiene la oportunidad de revertir su rumbo político.
Hace apenas dos años, Chile se encontraba en medio del “estallido social”, la protesta que estalló en octubre de 2019 por el aumento de las tarifas del transporte público en la región metropolitana de Santiago. Otra gota de agua en un jarrón ya rebosante. Los estudiantes que, en señal de disidencia, subieron a los torniquetes del metro, siguieron movilizaciones de trabajadores de todos los sectores, pero también de jubilados, indígenas, activistas por los derechos LGBTQ+, ambientalistas, etc. El mínimo común múltiplo de los cuadrados era la palabra dignidad.
Après des mois de protestations, de réunions, d’accords entre diverses forces politiques et les effets de la pandémie, 2021 restera pour le Chili comme l’année de deux événements importants : l’élection d’une Assemblée constituante – la première au monde composée dans le respect du critères d’égalité des sexes et des peuples originaires – et la victoire aux élections présidentielles du candidat de la liste de gauche Apruebo dignité, Gabriel Boric, 35 ans, qui est ainsi devenu le plus jeune président de la République chilienne historia.
¿Quien lo hubiera pensado? Quizás algunos. Pero durante demasiado tiempo, las preguntas de diferentes sectores de la sociedad han quedado sin respuesta. El deseo de cambiar de rumbo, así como la necesidad de construir un nuevo pacto social, reflejan un largo proceso. Lo atribuimos, por conveniencia, al estallido social de 2019 (año en el que varios países latinoamericanos fueron sacudidos por protestas sociales). Pero es un viaje deliciosamente interior al país, atravesado por fases alternas y con diferentes intensidades. Comenzó con el plebiscito de 1989, hasta las protestas estudiantiles de 2011 y las de 2015 y 2019.
Fue precisamente a partir de las movilizaciones de hace diez años que un joven Boric se abrió paso entre los dirigentes de los sindicatos estudiantiles, que exigían una educación gratuita y de calidad (no garantizada por la actual constitución). Sólo tres años después, en 2014, Boric fue…
Continúa el artículo en Izquierda del 24 de diciembre de 2021, que permanecerá en los quioscos hasta el 6 de enero de 2022
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