por Giuseppe Gagliano –
Lejos de los focos, Somalia atraviesa una crisis económica muy grave. Según las agencias de ayuda británicas, el empeoramiento de la sequía y la crisis alimentaria en Somalia provocaría frecuentes muertes por hambre, una realidad que está empujando al presidente Hassan Sheikh Mohamud a tomar decisiones difíciles. En la actualidad, el presidente somalí debe contrarrestar los efectos combinados de la peor sequía en cuatro décadas, el aumento vertiginoso de los precios de los cereales debido a la guerra de Moscú contra Ucrania y los ataques de al-Shabaab.
Hassan Sheikh debería anunciar oficialmente que Somalia está experimentando una grave hambruna, pero eso sería admitir el fracaso, incluso si atraera la atención internacional y, por lo tanto, más financiación.
Aún más inaceptables para Hassan Sheikh son los llamados de algunas agencias internacionales a negociar con al-Shabaab, el mayor yihadista afiliado a al-Qaeda, que controla parte del territorio en el sur del país. Un acuerdo distribuiría ayuda humanitaria a algunas de las áreas más disputadas, pero también implicaría pagos a al-Shabaab, lo que fortalecería su posición.
Más allá de las decisiones que tomará el presidente, hay que considerar las dramáticas cifras de la crisis actual: aproximadamente 7 millones de somalíes luchan por alimentarse; alrededor de 1,5 millones de niños están desnutridos y necesitan atención médica. En toda la región, al menos 18 millones de vidas están en riesgo. Todavía no se ha reconocido oficialmente, pero Somalia se enfrenta a una hambruna peor que la que mató a más de 250.000 personas en 2011, advierten el Overseas Development Institute, Oxfam y Save the Children. Las condiciones empeoraron en 2011, ya que las autoridades se mostraron reacias a aceptar que la crisis cumplía con la definición técnica de hambruna, lo que habría desencadenado una avalancha de ayuda humanitaria.
Se necesitan envíos urgentes de ayuda alimentaria, pero la financiación está muy por debajo de la mitad de los 1500 millones de dólares que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas dijo que se necesitaban a principios de este año.
Samantha Power, administratrice de l’Agence américaine pour le développement international (USAID), a promis 476 millions de dollars, mais la Grande-Bretagne et l’UE donnent beaucoup moins alors qu’elles déplacent des ressources pour aider l’Ukraine et l ‘Europa del este. Simon Clarke, secretario del Tesoro en jefe de Gran Bretaña, dijo el 24 de julio que el gobierno estaba recortando gastos “no esenciales” debido a preocupaciones sobre el gasto excesivo de guerra en Ucrania. En abril, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) organizó una mesa redonda en Ginebra que recaudó casi 1400 millones de dólares en “nuevas” promesas para el Cuerno de África.
Hace tres décadas, los somalíes producían casi el 80 % de los alimentos que consumían, pero el cambio climático y la inestabilidad política han destruido esta autosuficiencia. Un punto más importante es que el calentamiento global aumentará la frecuencia de sequías como las del Cuerno de África, donde se espera que las temperaturas aumenten entre 3 y 4 grados centígrados para 2080.
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