No son solo los soldados rusos y ucranianos los que luchan en Ucrania: las tropas especiales de los países de la OTAN ya están operativas sobre el terreno. Estamos hablando de un centenar de hombres, militarmente insignificantes en comparación con las decenas de miles desplegados por ejércitos regulares, grupos mercenarios y organizaciones voluntarias, pero políticamente muy pesados, y son tropas muy entrenadas y muy eficaces. Son el primer rastro de la participación de otros países en el conflicto, y son países que enarbolan la bandera de la Alianza Atlántica.
Desde la semana pasada, cada día ha tenido su filtración en el Pentágono, y el capítulo particular de los documentos filtrados revelados ayer por la BBC se refiere precisamente a las tropas “atlánticas”. Según un documento fechado el 23 de marzo, habría en Ucrania en ese momento 50 hombres de las fuerzas especiales de Gran Bretaña, 17 de Letonia, 15 de Francia, 14 de los Estados Unidos, 1 de Holanda. Entre la vieja Europa continental, la nueva Europa del Este y la vieja Europa, todos estos son países que forman parte de la OTAN, incluido, por supuesto, el principal país atlántico, los EE. UU.
EL MINISTERIO de la defensa británica, habitualmente muy generosa con la información, esta vez ni admitió ni desmintió, de acuerdo con el comportamiento normal que mantiene Londres con respecto a sus tropas especiales, limitándose a recordar en un tuit que la información de los llamados Las filtraciones del Pentágono demostraron “un nivel significativo de inexactitud”.
En cambio, los países que hablan de sus propias tropas especiales, como Estados Unidos, han admitido su presencia pero reducido su alcance: en una entrevista ayer con Fox News, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, confirmó que las fuerzas estadounidenses están realmente en Ucrania: ” No quiero hablar de números concretos, pero hay una pequeña presencia en nuestra embajada -dijo Kirby- vinculada al agregado militar, que nos ayuda a tener bajo control el material que entra y sale de Ucrania”. En definitiva, cabezas de cuero sí, pero con funciones de bagaje.
EE.UU son el mayor donante de armas a Ucrania y Gran Bretaña es el segundo. Francia negó hace unos días la presencia de sus tropas. Sin declaraciones, por el momento, de Letonia y Holanda.
Otra espina en el campo occidental proviene de las filtraciones del Pentágono, que ahora tocan un poco de todo, desde los planes para la contraofensiva ucraniana hasta las discusiones de países aliados como Corea del Sur sobre la dificultad de armar directamente a Kiev. Es una espina que se clava en un punto sensible. El conflicto con la OTAN es uno de los argumentos más utilizados por Vladimir Putin para motivar la invasión y los fracasos militares sobre el terreno.
CONMEMORANDO un año de guerra en febrero pasado, Putin acusó a la OTAN “de participar activamente en el conflicto”, refiriéndose a los miles de millones en dinero y armamentos, y la información de inteligencia proporcionada a Ucrania. La posterior entrada de Finlandia en la OTAN, con 1.400 kilómetros adicionales de frontera entre la OTAN y Rusia, fue una circunstancia agravante que llevó a Rusia a desplegar misiles capaces de transportar ojivas atómicas a la vecina y aliada Bielorrusia.
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