Pablo Neruda fue asesinado. La estrepitosa noticia solo será oficializada hoy por expertos de la Universidad McMaster de Canadá, la Universidad de Copenhague y algunas luminarias chilenas que trabajan desde hace tiempo sobre los restos del poeta, pero los allegados al Nobel de literatura, desde Madrid, ya lo han hecho. lo anticipé De hecho, una bacteria responsable del botulismo ya había sido hallada en 2017 en una muela y en los huesos de Neruda por el mismo grupo de expertos, desmintiendo la versión aún sustentada por la dictadura de Pinochet del cáncer de próstata como causa de su muerte. Ahora, el panel internacional de expertos confirma, en cambio, que la bacteria encontrada en los restos de Pablo Neruda “estaba en su cuerpo en el momento de su muerte”, lo que demuestra que fue “envenenado” doce días después del tiroteo. Estado militar del 11 de septiembre por 50 hace años que.
“Por fin sabemos que el clostridium botulinum no debería haber estado en el esqueleto de Neruda. ¿Qué significa? Que Neruda fue asesinado y hubo una intervención en 1973 de agentes del Estado chileno”, dijo Rodolfo Reyes, sobrino del poeta que, como abogado en la causa judicial de su muerte, dijo ayer a Associated Press Tío del informe forense: “Las pruebas indican la presencia de una gran cantidad de toxina botulínica, incompatible con la vida humana”. El Clostridium botulinum es un bacilo que se encuentra en el suelo, pero el equipo de expertos canadienses, daneses y chilenos concluyó que “no penetró el cadáver de Neruda por dentro ni por alrededor de su ataúd, pero que ya lo tenía en su cuerpo antes de morir. La toxina puede causar parálisis del sistema nervioso y, en última instancia, la muerte. Sin embargo, hoy no se sabe cómo y quién le introdujo la toxina botulínica al poeta”. Finalmente se encontró la bala fatal de Neruda y él estaba en su cuerpo. ¿Quién le disparó? Veremos pronto, pero no hay duda de que fue muerto por la intervención directa de un tercero”, dijo su sobrino.
Gran parte de la familia de Neruda ha apoyado durante más de una década la versión de Manuel Araya, ex chofer del poeta, según la cual el Nobel fue envenenado por una inyección en el abdomen por un agente secreto del régimen que se hizo pasar por médico en Clínica Santa María en Santiago de Chile. Araya dijo a The Associated Press el mes pasado que todavía cree que si Neruda “no se hubiera quedado solo en la clínica, nunca lo habrían matado”, y recordó que, por recomendación del poeta, el domingo 23 de septiembre, su esposa, Matilde Urrutia, estuvo con él en la villa para recoger las maletas que luego serían llevadas a México al día siguiente. A media tarde, Neruda les pidió que regresaran temprano pero murió esa misma noche. “No estaba gravemente enfermo, solo tenía cáncer. Claro que caminaba con dificultad, tenía dolores, pero aún no estaba listo para morir”, dijo Elizabeth Flores, abogada de la familia, parte civil en el caso iniciado en 2011 por el Partido Comunista de Chile, del que Neruda era miembro. Por su parte, su sobrino Rodolfo Reyes confirmó el relato de Araya: Neruda tenía planeado radicarse en México porque desde el exilio en la tierra del tequila se convertiría en el “gran adversario” de Pinochet, era su proyecto pero también el gran temor de los dictadura que, para evitarlo, lo envenenó. El embajador de México en Chile en el momento del golpe, Gonzalo Martínez Corbalá, también es uno de ellos. Dijo a AP que había visto a Neruda el día antes de morir, “pesó 100 kilos y estaba bien”.
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