En lugar de tomar decenas de horas para viajar a China, podríamos crear un agujero en medio de la Tierra para ir directo al otro lado del mundo! Así gastaríamos mucho menos tiempo usando este atajopero ¿qué pasaría al cavar un túnel para llegar fácilmente a la tierra del Dragón?
Primero en llegar a China, debe comenzar cavar en argentina o chile. El hoyo más profundo jamás excavado es el Perforación súper profunda de Kola, 12.260 metros bajo la superficie, donde la presión es 4.000 veces mayor que al nivel del mar y las temperaturas alcanzan los 180 grados centígrados. No hace falta decir que esta hazaña es ciencia ficción, si no imposible.
Suponiendo que tenga las herramientas adecuadas, estos son los desafíos de este viaje. Tras llegar 20.000 metros por debajo de la primera capa de la Tierra, la corteza terrestre, comenzaría una nueva: la manto, que representa el 84% del volumen del planeta. Cerca de este borde, las temperaturas rondan los 1000 grados centígrados, lo suficientemente altas como para derretir metales como la plata, pero ni una punta de acero, el material que usaremos para llegar hasta aquí.
Las cosas cambiarán rápidamente para llegar a los 100.000 metros, donde la presión y la temperatura son tan altas que en algunos lugares, la roca adquiere una textura de caramelo (el que entra en erupción y se convierte en lava). A los 150.000 metros comenzarás a encontrar muchos diamantes -porque se forman en esta capa- ya los 410.000 metros la roca vuelve a ser sólida.
A una profundidad de 3 millones de metros llegaremos a la tercera capa de la Tierra, el núcleo exterior. Aquí las temperaturas son las mismas que en la superficie del Sol.. Suponiendo que tengamos un supermaterial a nuestra disposición, dado que ningún elemento conocido puede soportar una temperatura de 6.000 grados centígrados, podríamos continuar nuestra excavación, pero ante nosotros se encuentra un enemigo aún más poderoso: la gravedad.
El núcleo exterior tiene baja gravedad porque gran parte de la masa del planeta se encuentra sobre su cabeza, lo que produce una atracción gravitatoria desde el centro. Así que para continuar, necesitaríamos una fuerza continua hacia la dirección que estamos excavando, misiles capaces de impulsarnos hacia adelante. Llegados a unos 6,4 millones de metros de profundidad, en el centro de la Tierra, nos rodea la misma masa que también nos tira en todas direcciones, así que no hay gravedad aquí.
Y aquí es donde el viaje se vuelve más difícil: al excavar más allá del centro, comenzaremos a sentir nuevamente los efectos de la gravedad, pero esta vez nos llevaría hasta donde se encuentra ahora la mayor parte de la masa terrestre. Así, al excavar hacia abajo, parecerá que sube y sin las herramientas adecuadas se corre el riesgo de caer hacia el centro.
Superado este último obstáculo, sigamos excavando otros 6,4 millones de metros y llegaremos a China: misión cumplida… ¿pero el avión no era mejor?
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