“Brasil está de vuelta”, sopla América Latina

“Brasil está de vuelta” en el escenario internacional, dijo Luiz Inácio Lula da Silva tras la dramática e histórica victoria sobre Bolsonaro. América Latina y Cuba en particular están soplando un poco. No hay duda de que el éxito del líder del Partido de los Trabajadores de Brasil tiene un enorme peso para el subcontinente latinoamericano. Y eso cambia el equilibrio geopolítico.

Lula en el campo de la política exterior tendrá relativamente más libertad que la peligrosa situación interna heredada de cuatro años de presidencia de Bolsonaro. En los últimos 40 años, desde el final de la dictadura militar, Brasil se ha destacado por una política exterior independiente, pragmática y profesional que le ha dado al país un fuerte prestigio. Bolsonaro había roto esta tradición al aliarse con los Estados Unidos de Trump y convertirse en una especie de “paria internacional”, según parte de la diplomacia brasileña.

DESDE EL PRINCIPIO de su campaña presidencial en mayo pasado, Lula se había mostrado decidido a encontrar una especie de dirección del campo progresista latinoamericano. Tras anunciar su alianza con el moderado Geraldo Alckmin -y por tanto la elección de ocupar, aunque sea de forma dinámica, un puesto central-, lanzó la idea de una moneda única para el subcontinente latinoamericano.

Indicando así que se alinea con las tesis sustentadas por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sobre la necesidad de reorientar el progresivo alineamiento hacia una política pragmática de integración regional, teniendo a la UE como modelo y capaz de comprometerse con Estados Unidos sobre la base de la independencia y la soberanía regionales.

Desde su elección en 2018, debido al peso económico y geopolítico de México, le tocó a Amlo liderar tal despliegue que dejara de lado el antiimperialismo ideológicamente cargado de la época del presidente venezolano Chávez. Amlo se distanció así de la tesis de que la crisis imperial estadounidense implicaba la posibilidad de un rápido declive de la hegemonía neoliberal.

Desde el domingo, y luego de las victorias anteriores de los líderes progresistas Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia, el “regreso” de Lula reforzará este pragmático alineamiento progresista, que ahora alinea a las cinco principales economías del subcontinente, Brasil, México, Argentina. , Colombia Después de todo, fueron los presidentes de estos países los primeros en felicitar al líder del Partido de los Trabajadores por su tercera presidencia. “Lula ganó, bendito sea el pueblo brasileño. Habrá igualdad y humanismo”, comentó Amlo.

LESTER de Brasil es evidente: es el gigante del subcontinente, con 214 millones de habitantes, una de las mayores economías del mundo y, según el FMI, con un crecimiento esperado del 2,8%. Con el bloque con Argentina, Uruguay y Paraguay, que dio origen al Mercosur (13 países), como base ya consolidada, la política latinoamericana de Lula apuntará a fortalecer la otra entidad de integración regional, la CELAC (32 países de América Latina y el Caribe ) y dar prioridad a la asociación estratégica con la Unión Europea.

Celso Amorim, uno de los asesores históricos de Lula, aseguró hace unos días que las cuestiones ambientales serán “un elemento central de la política exterior de Lula, porque la supervivencia del planeta depende de la cuestión climática”. Y también en su discurso del domingo, el presidente electo reiteró que, en lo que respecta a la Amazonía, la línea principal será “deforestación cero”.

Además, trabajar con su aliada de campaña, y ex ministra de medio ambiente, Marina Silva impulsará una mayor cooperación internacional para proteger los “pulmones de la tierra” y promover la acción contra el cambio ambiental.

“Construiremos un Brasil sostenible”, reiteró Lula. En estos puntos puede contar sobre todo con una clara afinidad con Gustavo Petro, también en el gobierno de un país amazónico, menos con el boric chileno y con Amlo. De hecho, el presidente colombiano ha propuesto reiteradamente un desarrollo económico basado esencialmente en energías limpias y pretende caracterizar a su gobierno con una fuerte política ambiental.

POR CUBAFinalmente, poder contar con un presidente brasileño a la vez amigo y aliado es un hecho de importancia estratégica. “Lula representa un triunfo para la unidad, la paz y la integración latinoamericana”, dijo el presidente Díaz-Canel.

En medio de una grave crisis económica con evidentes implicaciones sociales y mientras el presidente estadounidense Biden mantiene casi en su totalidad el estrangulamiento económico, financiero y comercial de la isla, el gobierno cubano necesita el apoyo de una línea política fuerte del país latinoamericano, que pueda negociar con Washington sobre una base no contenciosa.

Alita Caraballo

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