Desde que el presidente chileno Gabriel Boric la llamó para formar parte del gobierno progresista, su nombre ha estado en los medios. La silla que ocupa desde el 11 de marzo de 2022 tiene algo que ver: Jeannette Jara, 49 años, es el Primer Ministro comunista al frente del Ministerio de Trabajo por el ejecutivo de Salvador Allende. Pero son sobre todo las leyes las que consiguió aprobar tras negociaciones con los sindicatos, las empresas y las oposiciones vinculadas a ellos. En primer lugar, la reducción de la semana laboral de 45 a 40 horas. Luego el aumento del salario mínimo de 350.000 pesos (402 euros) a 500.000 pesos (575 euros) para julio de 2024”.Este es el mayor aumento del salario mínimo en Chiledijo al CorreoJara inició sesión desde su oficina.
Hija de un mecánico y un ama de casa, es miembro del Partido Comunista desde los 14 años. Ex subsecretaria de Seguridad Social durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, ahora dirige las elecciones de Boric en el comité político del gobierno. Sobre su mesa sigue la reforma de las pensiones que pretende sustituir el antiguo sistema gestionado por Administradoras de fondos de pensiones (fondos privados) con financiación mixta (pública y privada) y con financiación de trabajadores, empresas y Estado. Precisa: “Nuestro objetivo es aumentar las pensiones de todos (más del 70% están por debajo del salario mínimo). ed) y especialmente para favorecer a las mujeres”.
¿Cómo?
“Sumando a sus pensiones 24 cotizaciones por cada hijo, calculadas sobre el 6% del salario medio. Cualquiera que haya realizado trabajos de cuidados no remunerados recibirá una bonificación. Hoy, la pensión de un chileno es un 15% menor que la de un chileno. Queremos cerrar la brecha”.
La reforma prevé una contribución adicional del 6% a cargo de los empleadores. ¿Entonces no penalizan a las empresas?
“Esta implementación tendrá que ser gradual, precisamente porque es necesaria para garantizar el empleo y el crecimiento empresarial. Estamos hablando de ello en el Parlamento y seguramente llegaremos a un acuerdo con los empresarios. Esta reforma, más que la de un gobierno, es para el país. Necesitamos un pacto social amplio”.
Pero ¿cómo se consigue dialogar con las personas y llegar a acuerdos?
“Espero seguir así (unas risas). Con las empresas no somos ni adversarios ni enemigos. Tenemos puntos de vista diferentes pero siempre hay un camino entre ambos donde podemos encontrarnos”.
Los gobiernos anteriores también habían intentado reformar las pensiones, sin éxito. ¿Por qué debería funcionar esta vez?
“Porque todos los políticos han aprendido una lección del pasado. Es necesario anteponer a las personas a nuestras posiciones, y hay una intención clara, o más bien claridad absoluta, de mirar más allá de los partidos y ceder por el bien de estos dos millones y medio de personas mayores que viven en condiciones precarias. estado. Su pobreza no agrada ni a la derecha ni a la izquierda.
¿No teme, tras el triunfo de la derecha en las últimas elecciones al Consejo Constitucional, que los republicanos puedan obstaculizar las reformas?
“Son posibilidades que pueden surgir en política, pero hemos aprendido del descontento social que nos lleva a asegurar que se lleguen a acuerdos. Los ciclos electorales cambian, pasan de una posición a otra, no dramatizaré eso, es parte de la democracia.
¿Entonces?
“Aún queda mucho trabajo por hacer dentro del gobierno. Ahora espero que la nueva constitución pueda reflejar una sociedad donde los derechos estén protegidos”.
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