El título del artículo publicado ayer por el diario argentino La Naciónfirmado por Joaquín Morales Solá, ya es una primera historia: “El Papa Francisco planea visitar Argentina en 2024”. El viaje, según el artículo, se realizaría el próximo año porque “el Papa detesta que lo asocien con corrientes políticas argentinas, sean del gobierno o de la oposición” y por ello 2024 podría ser el momento adecuado, dado que las elecciones presidenciales en Buenos Aires son prevista para el próximo mes de octubre.
El regreso del Papa Bergoglio a su tierra natal se ha esperado durante años, desde 2013 cuando fue elegido de manera algo sorprendente para la silla de Pedro. El viaje estaba previsto para 2017, cuando se suponía que Francisco iría a Chile, Argentina y Uruguay, pero al final optó solo por Chile y Perú, postergando los otros dos destinos.
En el artículo de El nación también hay una comilla importante asignada a Francisco nuevamente en defensa de la dignidad de su predecesor Juan Pablo IIel tema de las “alegaciones” sobre la presunta participación en la triste historia del caso Emanuela Orlandi, la joven de quince años, ciudadana del Vaticano, desaparecida el 22 de junio de 1983 en circunstancias que nunca han sido esclarecidas. “Juan Pablo II”, dice Francisco, “fue santo en vida y lo es formalmente después de su muerte. Nadie puede dudar honestamente de la decencia del Papa Wojtyla”.
Hablando de sus predecesores, el Papa dijo que extrañaba a Benedicto XVI. “Nos hemos visto más de lo que sabemos, especialmente en los últimos tiempos cuando era obvio que su salud se estaba deteriorando sin posibilidad de reparación”, dijo. También se aporta un detalle sobre el futuro de monseñor Georg Ganswein, secretario histórico del papa Ratzinger, “Francesco”, informa el artículo, “decidió que Gänswein podía decidir si quedarse en Italia o regresar a Alemania.pero cualquier opción debe estar fuera de los muros del Vaticano”.