Desafortunadamente, pasará mucho tiempo antes de que tengamos una imagen definitiva de las víctimas y los daños causados ​​por los terremotos que ocurrieron en la región sur de Turquía durante la noche y luego a última hora de la mañana del 6 de febrero de 2023. La tierra de los terremotos registró valores ​​de magnitud 7.8 y 7.5 y fueron seguidos por numerosas réplicas que continuarán por días, semanas y posiblemente meses. Pero ya estamos tratando de entender qué los causó.

Las faltas. Apretada por un “pellizco” de dos fallas, Turquía es uno de los países más sísmicos del mundo porque se encuentra en la placa de Anatolia entre dos grandes fallas (fracturas en la corteza terrestre): la falla de Anatolia del Norte (en amarillo en la foto 1, abajo) que atraviesa el país de oeste a este y la falla de Anatolia oriental (en rosa en la foto 1) que se encuentra en la región sureste del país. Provienen de un área única conocida como la “Triple Unión de Karliova”, llamada así porque es el punto de intersección entre tres placas: Anatolia, Eurasia y Arabia.

Una falla de deslizamiento. Para entender por qué ocurren terremotos tan fuertes, mira la foto 2 (abajo). La estrella roja indica el área donde se han producido terremotos recientes en la Falla de Anatolia Oriental. Esta falla es del tipo “transcurrente”, es decir, las dos regiones en contacto se deslizan horizontalmente entre sí durante un terremoto.

En este caso, según los primeros datos obtenidos, parece que se ha producido un deslizamiento de la zona más septentrional de la falla hacia el sur de unos 2 metros. Todo esto se debe a que la placa arábiga que se encuentra al sur se está moviendo hacia el norte-noreste a razón de unos 24 milímetros por año y mientras al norte del golfo de Perisco se desliza bajo Eurasia (donde en la foto 2 hay los pequeños triángulos a lo largo de una línea negra), a lo largo de la falla de Anatolia oriental, la placa crea un movimiento deslizante.

El deslizamiento no ocurre continuamente, sino que solo ocurre cuando las fuerzas involucradas se acumulan en grandes cantidades a lo largo de la fractura y en algún punto las liberan repentinamente.