En la necrópolis egipcia de Qubbet-al-Hawa se han encontrado los restos momificados de diez cocodrilos, probablemente enterrados hace 2.500 años. Los ejemplares, pertenecientes a dos especies diferentes, probablemente fueron obsequiados al dios de la fertilidad Sobek. Los detalles del descubrimiento fueron publicado en PLOS One.
Momificación atípica. Lo más interesante del hallazgo es el hecho de que los cocodrilos fueron momificados de una forma diferente a la habitual: si bien es cierto que no es la primera vez que los arqueólogos encuentran momias de animales (como ibis, gatos y babuinos), normalmente sus cuerpos están rellenos y cubiertos de resina y envueltos en telas de lino. En este caso, sin embargo, no hay rastro de resina, lo que permite a los arqueólogos estudiar en profundidad a los animales. El proceso de momificación probablemente se llevó a cabo colocando los cocodrilos sobre la arena y dejándolos secar naturalmente, luego cubriéndolos con telas de lino u hojas de palma.
La foto del cocodrilo momificado mejor conservado.
© De Cupere et al., 2023, PLOS ONE, CC-BY 4.0
Bien conservado. Un segundo aspecto interesante del hallazgo es el estado de conservación de los diez cocodrilos: “La mayor parte del tiempo trato con pequeños fragmentos”, comenta Bea De Cupere, coordinadora del estudio. “Encontrar diez cocodrilos en una tumba es increíble. Y esto es tanto más cierto cuanto que uno de los diez cocodrilos, de casi dos metros de largo, está casi entero (ver imagen arriba).
Datación aproximada. La ausencia de resina lleva a los arqueólogos a suponer que la muerte de los cocodrilos tuvo lugar en el siglo V a. C., en la época preptolemaica, es decir, antes de que la sustancia comenzara a utilizarse de forma masiva en los procesos de momificación. “El hallazgo de estas momias nos da una nueva visión de la religión del antiguo Egipto y de cómo eran tratados estos animales cuando eran ofrecidos a los dioses”, afirma Alejandro Jiménez Serrano, uno de los autores.
El estudio también tiene algunas limitaciones, incluida la falta de ADN antiguo y radiocarbono en los hallazgos, lo que hace que sea imposible realizar más análisis y una datación más precisa de los restos.
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