Prevalece el “rechazo”, el “rechazo” a la nueva Constitución, que habría dado más voz a los pueblos indígenas y puesto freno a las empresas mineras. Así, tras el referéndum a puertas cerradas, Chile opta por el texto de 1980. Y traza una auténtica paradoja a treinta años del derrocamiento de Pinochet
Una nueva Constitución progresista, la más vanguardista del mundo que, entre otras cosas, también tuviera en cuenta la pueblos indígenas y empresas mineras retenidas, ni siquiera se había perfilado tan secretamente ante los ojos de los chilenos. Fue en octubre de 2020, de hecho, cuando, tras numerosas manifestaciones, casi el 80% de los votantes chilenos votaron a favor de una modificación de la Constitución que se haría por referéndum.
Hoy, casi dos años después, el texto resultante de este proceso es ampliamente rechazado: al plebiscito constitucional, Chile dice no a la reforma con el 62% de los votos. ¿Qué ha pasado?
Él Convención Constitucional, La Convención de 155 miembros elegidos democráticamente que redactó la propuesta eligió reflejar las demandas de los ciudadanos por el cambio climático, la igualdad de género, la representación indígena y la independencia de la política dominante. Pero el texto que prepara desde hace más de un año no ha convencido a la mayoría del electorado y apenas obtiene el 38% de los votos.
A primera vista, es un paradoja en un país que vio en el proceso constituyente una salida a la crisis producto del estallido social de 2019. Y una doble paradoja si consideramos que la Constitución de Chile seguirá siendo la vigente. Es decir heredado de la sangrienta dictadura de augusto pinochet.
La Constitución de 1980
Chile es un país atravesado por profundas desigualdades económicas y sociales, en el que casi la tercera parte de la riqueza nacional está en manos del 1% de la población y donde, solo en 2012, las cinco personas más ricas, incluido el entonces presidente Piñera, ostentaban el poder. ingresos de los 5 millones de chilenos más pobres.
La Carta Constitucional adoptada en 1980 por el dictador Pinochet se basa totalmente en neoliberalismosur la base desquels des droits tels que le droit de grève sont sévèrement limités, il n’y a pas de place pour les communautés indigènes – il s’agit en fait d’une charte considérée comme discriminatoire par beaucoup, notamment à l’égard desde nativo mapucheno hay libre acceso a los servicios sociales públicos y la privatización es el rey.
Chile es uno de los pocos países de América Latina que ha mantenido la Constitución aprobada bajo la dictadura militar. Los primeros procesos de reforma nacieron cuando se devolvió el poder a la población civil en 1989. En 2015, la expresidenta Michelle Bachelet inició un proceso de reforma a la Constitución, que luego fue bloqueado en 2018 por el gobierno de su sucesor, Sebastián Piñera.
Tras el estallido de los disturbios sociales de 2019, y en medio de multitudinarias protestas, la oposición y el gobierno acordaron el acuerdo que dio origen al proceso constituyente que culminó este domingo con la “rechazo”.
Los anhelos de cambio y dignidad exigen de nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más compromiso, diálogo, respeto y benevolencia, hasta llegar a una propuesta que interpretemos todos y todos. Para alla vamos. ¡Viva la democracia y viva Chile! pic.twitter.com/f5rQv2G5mJ
— Policía Gabriel Boric (@gabrielboric) 5 de septiembre de 2022
Fue en 2019, de hecho, cuando se llevó a cabo un vasto proyecto de cambio y todo el país fue sacudido por violentos protestas debido a las profundas desigualdades económicas y sociales. En el primer referéndum del 25 de octubre de 2020, el pueblo exigió que un grupo de ciudadanos electos redactara una nueva constitución ad hoc compuesto por mitad hombres y mitad mujeres, con 17 escaños reservados para indígenas. El resultado fue un documento de 178 páginas, 388 artículos y 54 disposiciones transitorias, que califica al país como una “democracia incluyente e igualitaria”, introduce cuotas para las mujeres y el derecho al aborto, obliga a las comunidades indígenas a ser consultadas antes de tomar decisiones que conciernen ellos, se ocupa del cambio climático, define el agua como un bien inalienable y devuelve un papel central al Estado.
Sin embargo, el No a esta constitución muy progresista, prevaleció. ¿Qué salió mal? Según los analistas, el texto era demasiado radical y el hecho de que la asamblea constituyente estuviera dominada por independientes y movimientos, con espacio marginal para conservadores y moderados, tuvo demasiado peso en la decisión. Es más, ahí también estamos hablando de fake news: en la web, por ejemplo, hasta leemos que la nueva Constitución de Chile autorizaría el aborto hasta el noveno mes.
El anhelo de cambio y dignidad exige a nuestras instituciones y actores políticos trabajar con más compromiso, diálogo, respeto y cariño, hasta llegar a una propuesta que nos interprete a todos, concluye por su parte Gabriel Boric, el presidente más joven de la historia de Chile y ex líder estudiantil. al frente de las protestas de 2019.
Probablemente, pero estamos de vuelta en los bloques de partida.
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