“Los datos de la elección política son claros e indiscutibles. La derecha, empujada por los Hermanos de Italia, los ganó. Ahora les toca a ellos gobernar.
Nosotros, que perdimos estas elecciones, tenemos el deber de permanecer donde nos colocaron los italianos, en la oposición, y hacerlo de la manera más coherente y combativa posible.
Yo creo que uno de los problemas de mi Partido ha sido un gobierno empujado, cuando por responsabilidad, cuando por intereses nacionales, cuando por voluntad.
Espero que no suceda esta vez. Necesitamos desesperadamente reconstruir un perfil. Además, en la historia política italiana, algunas de las mayores victorias de la izquierda se produjeron cuando estábamos en los banquillos de la oposición.
Es obvio que estoy preocupado por Italia, por nuestra posición europea, por las opciones económicas y sociales, por los derechos. Pero cuando la democracia habla, su respuesta es aceptada.
En esto no me consuela, sino que me enorgullece, del resultado que han obtenido en nuestra Provincia, ciertamente una de las mejores de Italia.
Sin duda es importante, como lo es el resultado contra la ciudad de Siena, donde estamos muy por delante del centro-derecha.
Una mala ley electoral, una mala reducción de las circunscripciones que redujo los márgenes de representación. Porque en los datos de la provincia de Siena, habríamos ganado las circunscripciones uninominales de la cámara y el senado.
Hoy escuché al secretario Enrico Letta.
Yo creo que el PD no necesita un enésimo congreso que gire en torno al conteo de nombres. Creo que necesitamos un congreso de refundación y constitución (un congreso por tesis, se hubiera dicho en el pasado), donde finalmente se decida un nuevo perfil, que para mí solo puede inspirarse en la socialdemocracia europea, el europeísmo, la modernidad concepción del partido (que no es liquidez).
Cuando sopla un viento fuerte como el que empujó la derecha, tienes que pensar en ti y en quién eres. En un Partido la reflexión sólo puede ser colectiva. Porque hemos cometido errores, y debemos analizarlos sin atenuantes, pero también sin afán de autolesión destructiva. Sería aún peor.
Por supuesto, si Italia hubiera reflejado nuestra provincia, sería un lunes diferente.
Todavía tengo que agradecer a los voluntarios y las voluntarias, los miembros y los miembros, los síndicos y los síndicos, los jóvenes demócratas, la gente muy buena que ha trabajado incansablemente estos días. Estamos cansados pero, al menos aquí, no vencidos. ¿Podrían haber hecho más? Puede que sí. Pero nuevamente, vi una comunidad que lo daba todo.
Como he visto a un candidato de nuestro territorio trabajar duro, moler kilómetros, conocer a cientos de personas, no perder ni un segundo. Estoy orgulloso de haber propuesto el nombre de Silvio Franceschelli a la Dirección. Todavía no sabemos cómo resultará, pero ciertamente merece representarnos.
Pronto haremos nuestros análisis en los lugares correctos. Gracias de nuevo a todos”.
Para ser honesto, Valenti dijo algunas cosas, como el Partido Demócrata, incluso durante la campaña electoral. También lo hizo con pasión. Obviamente esto no fue suficiente, porque la “gente del Partido Demócrata” ahora es otra cosa en relación a los valores mencionados por el secretario sienés. Ya no es carne o pescado y si no se recupera el pacifismo (que es diferente al atlantismo), un ecologismo que no solo está de moda, un poco de la “agenda de Robin Hood” para dar señales de redistribución de la renta y sobre todo si lo hace no encuentra un pensamiento crítico hacia el liberalismo y el mundo unipolar, irá un poco lejos. Pero también necesitará rostros nuevos, capaces de calentar un poco los corazones marchitos de los ancianos y de devolver la esperanza a los jóvenes. Por supuesto, también será necesaria una buena dosis de autocrítica, que siempre ha faltado y tras una derrota histórica, esta no puede faltar. Incluso hurgar, como lo hace Valenti (y es comprensible que lo haga, él es su secretario) detrás del resultado de Siena y la Provincia todavía puede ser engañoso y puede tentarte a esconder fallas debajo de la alfombra como lo haces con el polvo. Reiniciar, suponiendo que sea posible, no puede ser indoloro. Quien lo redujo, en vez de agrandarlo, debe desvanecerse. Se equivocó y el que se equivoque lo pague.
En nuestra humilde opinión, el nuevo Partido Demócrata también debería tratar de remendar las lágrimas, de recuperar todas las energías disponibles, de abrir un verdadero enfrentamiento con lo poco que queda de la izquierda generalizada, sin tener el hedor bajo las narices, empezando por la grandes temas, pero también de las cuestiones abiertas en los territorios: que los sieneses piensen en la cuestión de la estación de la línea de alta velocidad, que tengan el coraje de decir claramente que es una tontería colosal; a la cuestión de la presa de San Piero en Valdorcia, a la explotación de la geotermia, a cómo relanzar la sanidad pública… Todo ello, a la luz del resultado electoral de ayer, si no lo hace el Partido Demócrata, ¿quién debe hacerlo? ¿Quién no está allí?
ml
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